En los últimos años se está llevando a cabo una implantación cada vez mayor del denominado “crowdfunding” como sistema de financiación alternativa de empresas. Este mecanismo se conoce sobre todo dentro del mundo startup, pero cada vez más se está extendiendo a todo tipo de sociedades de nuestro tejido empresarial. El uso generalizado de internet, el avance de las nuevas tecnologías y la evolución del sector Fintech, han hecho posible que pequeñas empresas, con acceso limitado a la financiación “tradicional”, puedan convertir sus necesidades financieras en oportunidades de inversión con altas rentabilidades para cualquier inversor medio.
Dadas estas premisas, en este artículo analizaremos qué es exactamente el crowdfunding y por qué es una alternativa financiera tan atractiva tanto para empresas como para inversores.
La terminología: ¿qué significa crowdfunding?
“Crowdfunding” es un término anglosajón formado por las palabras “Crowd” que hace referencia a un colectivo o pluralidad de personas, y “Funding”, que se traduce como financiación.
Por tanto, se trata de una actividad de financiación colaborativa y colectiva en la que los promotores de algún proyecto, generalmente startups y autónomos, vía Internet, a través de una página web, solicitan fondos del público general para un propósito o fin específico, un proyecto de índole empresarial o incluso, social, cultural, humanitario, etc.
Entidades que prestan servicios de crowdfunding
La popularización de este sistema de financiación alternativo se ha dado, en parte, porque ha surgido una oportunidad de negocio en la intermediación financiera. En los últimos años se han creado multitud de plataformas que se dedican a poner en contacto a los inversores (financiadores) con aquellos promotores que están buscando recursos para impulsar sus proyectos: las Plataformas de Financiación Participativa (las “PFP”).
Que una pluralidad de personas financie voluntariamente un determinado proyecto y que alguien gestione esas aportaciones no es lo novedoso en sí, esto ha existido tradicionalmente. Lo novedoso del crowdfunding es la presencia de Internet por el alcance que tiene para anunciar un proyecto y para obtener la financiación necesaria, principalmente por la existencia de una página web que da soporte tanto al proyecto como a la gestión de su financiación.
En consecuencia, una de las particularidades del crowdfunding, es que, gracias a la existencia de las PFP se facilita que los inversores puedan ser de cualquier tipo, estar ubicados en cualquier parte del mundo, y no se precisa que se relacionen o conozcan entre sí.
Por tanto, pese a lo chocante que pueda resultar que un conjunto de extraños apueste por un proyecto concreto, y que lo financien de forma directa, sin conocer de primera mano al promotor, esto cada día es más común.
La constitución de una PFP en España requiere del cumplimiento de los requisitos que exige la vigente Ley 5/2015, de 27 de abril, de fomento de la financiación empresarial, la obtención de la correspondiente autorización de la CNMV y su posterior inscripción en el Registro de PFPs de la CNMV.
¿Cómo funciona exactamente el crowdfunding?
Aunque el término crowdfunding se refiere en general a la micro financiación, en realidad existen muchas tipologías, y el funcionamiento de cada una de ellas es diferente y cuenta con unas peculiaridades concretas. Como ejemplos típicos de crowdfunding podemos encontrar los siguientes:
Crowdfunding de recompensas:
Quizá este sea el más conocido por todos. Consiste en obtener financiación para un proyecto dando al financiador algo material a cambio. En términos más coloquiales podríamos entenderlo como una preventa, es decir, a cambio de contribuir a financiar un proyecto, los financiadores, tendrían derecho a obtener el bien o el servicio en cuestión antes de que salga al mercado o a recibir un descuento en la compra del producto si finalmente el proyecto sale adelante.
Por ejemplo, si el proyecto fuera el desarrollo de un libro o la grabación de un disco, a cambio de participar en su financiación el aportante de fondos obtendría un ejemplar del mismo de manera gratuita.
Crowdfunding de donaciones:
En este tipo de crowdfunding, el financiador (en este caso, denominado donante), no obtiene nada material en forma de preventa por su aportación al proyecto, sino que su premio radica en la satisfacción de estar contribuyendo a una causa social.
Crowdfunding de inversión (crowdequity):
Si bien es cierto que muchas veces el crowdfunding está relacionado con proyectos sociales, éste también puede servir para financiar la creación de una empresa innovadora o el desarrollo de una App.
A través del crowdfunding de inversión, a cambio de financiación, los financiadores (en este caso, denominados inversores) obtienen participaciones de la empresa de forma que cada uno de ellos se convierte en socio, siendo su participación en el capital social proporcional a la aportación realizada.
Actualmente, hay una amplia lista de plataformas españolas de crowdequity muy activas.
Crowdfunding de préstamos (crowdlending):
En este caso, la financiación de los proyectos se obtiene a través de préstamos percibiendo los financiadores unos intereses por el dinero prestado. Las plataformas de crowdlending agrupan financiadores (en este caso, denominados prestamistas) hasta que se complete el importe requerido para financiar el proyecto en cuestión.
En definitiva, se trata de un marketplace donde empresas y autónomos pueden conseguir financiación directamente de prestamistas privados quienes obtienen una rentabilidad a cambio.
La propia plataforma a través de su tecnología sería la encargada de, entre otras, formalizar la operación, cobrar cada una de las cuotas (principal e intereses) para la devolución del préstamo y en función de la aportación de cada financiador repartir entre cada uno de ellos el importe ingresado.
Crowdsourcing:
En el crowdsourcing las plataformas posibilitan el que diversos tipos de profesionales entren en contacto para colaborar en la ejecución de proyectos concretos, a cambio de reconocimiento social o micro pagos. Esta modalidad es muy interesante para que empresas con recursos limitados puedan acceder a determinados profesionales para la ejecución de diversas tareas, que de otra manera no podrían permitirse.
Crowdfunding inmobiliario:
Por último, el crowdfunding inmobiliario, es un tipo de crowdfunding en el que los financiadores aportan dinero específicamente para la adquisición de un bien inmueble. Estas aportaciones pueden canalizarse en forma de préstamo (crowdlending inmobiliario) o bien participando en la compra y convirtiéndose en copropietarios (crowdequity inmobiliario).
En definitiva, como hemos visto a lo largo del presente artículo, el crowdfunding supone un modo de financiación muy flexible y que encaja en muchos modelos de negocio. Por tanto, resulta conveniente tenerlo en cuenta de cara a financiar proyectos que requieran cierto un cierto volumen de fondos.
Si estás interesado en conocer más sobre este u otros métodos alternativos de financiación, así como, solicitar asesoramiento de nuestros profesionales, no dudes en contactar con nosotros.